martes, 1 de enero de 2013

HAREMOS MORADA EN ÉL. 5/05/2013

HAREMOS MORADA EN ÉL. 5/05/2013

               Introducción. Cuando se nos plantea qué hacer con unos días libres uno enseguida escucha al corazón y percibe la ilusión que le hace invertir el tiempo en lo que más necesita, o en lo que más le apetece, o en el común de los casos en lo que mejor se pueda según las posibilidades de cada uno. Yo casi nunca puedo disponer de tiempo para mí mismo. Así que frente al puente de primero de mayo no tenía ni muchas expectativas ni muchos planes. Pero yo siento que mi vida la cuida y la protege el que más me quiere, y la verdad es que me ha preparado un puente espectacular, de pasarlo rodeado de gente buena con la que compartir, con la que reír, con la que sincerarse, a la que uno siente parte fundamental del camino de la vida. Tiempo de compartir con las personas, eso es lo más valioso que se puede hacer. Amigos nuevos que no conocía y que me han acogido de una manera desproporcionada. Y amigos de toda la vida, de los de mil batallas vividas, con solera. Con alegrías desbordantes y con lagrimas compartidas.

                Pero eso es la vida, valorar continuamente todo el amor que recibimos de Dios a través de las personas. Y eso mismo dice Dios de cada uno de nosotros. "Mis delicias están con los hijos de los hombres". Prov 8,31. Me encanta reconocer que nuestra relación con Dios en recíproca. Nosotros le necesitamos a El¨. Separados de la fuente somos unos sedientos, unos hambrientos, unos pobres. "Porque tú dices: Yo soy rico, me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lástima, pobre , ciego, y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez ; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas. Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten pues celo y conviértete". Ap 3,17-19. Pero el también nos necesita a nosotros. El deseo de Dios es que sus hijos vivamos y lo hagamos en abundancia. La vida no es sólo acumular días, meses, años, subsistiendo. "Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel, regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén. El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temas mal alguno. Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas! El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador ; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en un día de fiesta. Acabé con tu mal, con el peso de tu oprobio." Sof 3,14-18. Es descubrir el regalo enorme que supone el amor de Dios que nos rescata y nos salva, y nos regala la amistad, el amor, la acogida, la gratuidad.

"No te hablé a escondidas, en un país tenebroso, no dije a la estirpe de Jacob: Buscadme en el vacío". Is 45,19. No juegas al escondite con la humanidad. No nos regalas la vida , para luego arrojarnos en el sinsentido, en la duda y en la oscuridad. Por eso cuando encuentro signos de resurrección, de vida, de plasmaciones reales de la voluntad de Dios en nuestra tierra me alegro tanto, y agradezco las oportunidades que la vida me brinda, de reconocerlos, de vivirlos, de compartirlos.

               Lo que Dios nos dice. "Comportaos así, reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad". Rom 13,11-13.  Estamos más cerca de la salvación porque cada vez tenemos más motivos para la gratitud y la alegría. Cada nuevo día que pasa es un motivo más para confiar en el Señor, que nos cuida, que nos rodea de las personas y de las circunstancias que nos hacen falta. Nos sobran los motivos para la sorpresa, para la confianza, para la esperanza, si reconocemos que hay muchísimas personas que amanecen cada día con el firme propósito de vivir acompañados, amando, sirviendo, escuchando. Reconocer supone un esfuerzo por prestar atención a lo que nos ocurre. Si vivo despistado, disperso, adormecido, se me escapan los signos visibles y palpables del amor que nos rodea.
"En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría". Jn 16.20-22.

               Cómo podemos vivirlo. Estos días he sido testigo de cómo pueden convivir personas súper diferentes de edad, de gustos, de ideologías, miles de jóvenes llenos de vitalidad, y paisanos manchegos tranquilos, serenos, observando, sin miedos, sin prejuicios. Donde lo que se mira no es la imagen, las pintas, los pelos, sino la sonrisa y el color de los ojos. He visto ganas de vivir. He visto alegría, compromiso, humor, danza, ritmo, crítica y deseo de cambio. Organización, excesos, cansancio y suciedad. Pero todo eso que es la vida, construido por miles de personas anónimas que han comprometido su tiempo, su esfuerzo, su dinero en poder crear algo que no estaba. Y estoy firmemente convencido que el mundo se despierta cada mañana con millones de corazones que viven para el amor, para la ayuda, para superar juntos las dificultades que nos trae la vida. Por eso que nunca el desaliento nos quite la fuerza y el ánimo de creer en la resurrección.

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